sábado, 2 de abril de 2011

Beso fugaz bajo Rialto

Venecia...
Verdadera ciudad del amor.
Dos almas desconocidas, una del norte, otra del sur...
Una dolida por el despecho,
otra virgen de emociones.
Una anhelante de amores y aventuras,
otra con deseos de olvidar.
Un encuentro inesperado en San Marcos,
por la caprichosa mano del destino.
Una mirada rapaz,
un inocente apretón de manos frente al Campanile.
Un diálogo amistoso entre ellas,
un amanecer de sentimientos por ambas partes.
Un paseo en góndola bajo el influjo de una esfera plateada,
 un beso fugaz bajo Rialto, en el momento justo y en el lugar indicado.
Y después...nada.
Dos desconocidos que regresan de un dulce sueño
a la vida real en alas metálicas.
Es la magia de Venecia.
La bondad a menudo es nuestra justificación y compensación de la maldad.